El Retablo de San Agustín (1475), del pintor catalán Jaume Huguet (1412-1492), una obra de estilo flamenco prerrenacentista, nos presenta al Obispo de Hipona el día de su coronación en el año 396. Durante esta etapa de su vida escribe la mayor parte de sus obras polémicas contra los maniqueos, donatistas, pelagianos, arrianos, entre otros. También concluye Las confesiones (400) su célebre obra autobiográfica. En el retablo se muestra una visión idealizada de la coronación episcopal del santo, sin ninguna alusión a su condición de primer pensador de la Patrística.
Se conoce con el nombre de Patrística a los primeros pensadores cristianos que vivieron entre los siglos I al VI d. de C e incluso después. Los pensadores de la Patrística fueron obispos en su mayoría y su principal objetivo fue la creación de una filosofía cristiana original. El pensamiento de la Patrística tiene los siguientes rasgos:
l Es Dogmático: fija el contenido doctrinal y la ortodoxia religiosa de la Iglesia.
l Es Ocasional: aborda problemas teológicos puntuales en el momento en que se presentan.
l Es Apologético: defiende la ortodoxia religiosa frente a los ataques del paganismo y las herejías internas.
l Es Catequético: transmite y difunde la doctrina cristiana entre los no creyentes.
La privilegiada situación institucional en que queda el Cristianismo a partir del siglo IV permite explicar la finalidad ideológica de la Patrística.
La Patrística se suele dividir en dos grupos:
l Los Padres Apostólicos (siglo I d. de C.). Reciben esta denominación debido a que su vida transcurrió en tiempos de los apóstoles, incluso algunos fueron directamente instruidos por ellos. Entre los Padres Apostólicos cabe destacar a San Policarpo, San Clemente Romano y San Ignacio de Antioquía.
l Los Padres de la Iglesia (siglos II al VI a. de C.). Posteriores en vida y obra a los anteriores, se dividen en Padres Apologetas y Padres de la Escuela de Alejandría.
- Padres Apologetas. Son filósofos que escriben en defensa del dogma cristiano frente a los ataques paganos y contra las herejías de la propia doctrina cristiana. Los principales apologetas orientales son Justino (siglo II), Taciano (siglo II), Atenágoras (siglo II) y Teófilo de Alejandría (siglo II). Los occidentales son Tertuliano (siglos II-III), Minucio Félix (siglo III), Tacio Cecilio Cipriano (siglo III), Arnobio (siglos III-IV) y Lactancio (siglo IV) y, el más importante, San Agustín (siglo IV).
El libro que se ha considerado más importante de San Agustín, La Ciudad de Dios (413), fue escrito para defender al cristianismo de la acusación formulada por los paganos de que la religión cristiana era la principal responsable de la decadencia y desaparición del Imperio Romano (Roma fue saqueada por Alarico en el 410). En La Ciudad de Dios está contenida la teoría política y la filosofía de la historia de San Agustín.
Filosofia para Secundaria. Los sistemas filosóficos en su marco histórico y sociocultural, con glosario, ejercicios, técnicas de estudio, textos, etc.