Volver

El existencialismo es una corriente filosófica cuyo supuesto teórico más decisivo es que son los individuos, los seres humanos concretos o existencias, los que confieren sentido a su vida singular e intransferible. El tema principal de la filosofía es la reflexión sobre la subjetividad, sobre la existencia y las categorías o conceptos existenciales que nos permiten comprenderla.
Hay distintas interpretaciones del existencialismo, pero todas subrayan la libertad como el principal atributo del hombre. Así, mientras el ser humano existe, las cosas "son" pero no "existen" en un sentido estricto; por otra parte, la existencia del hombre puede ser fallida o inauténtica si renuncia a su libertad,  a su proyecto personal y deposita su responsabilidad en otra instancia ajena a su conciencia subjetiva.
El existencialismo surgió como movimiento filosófico en el siglo XX, en el marco de la literatura y la filosofía; recibió las influencias y argumentos  de filósofos anteriores como Schopenhauer, Kierkegaard o Nietzsche, Husserl, entre otros.

Según el filósofo e historiador de la filosofía Nicolás Abbagnano, representante también del pensamiento existencialista: Se entiende por existencialismo toda filosofía que se conciba y ejercite como análisis de la existencia siempre que por "existencia" se entienda el modo de ser del hombre en el mundo. La relación hombre-mundo es, pues, el único tema de toda filosofía existencialista.”

Unidad de referencia

 

Cuadro 1.

En 1957 se produce la ruptura de Sartre con el partido comunista francés a consecuencia de la intervención soviética en Hungría, en 956. Ese mismo año comienza  la Crítica de la razón dialéctica que publica en 1960. Su interés por el comunismo va en aumento su interés por el comunismo, por lo que realizará una nueva visita a Moscú en Moscú con la pretensión de formar una "Comunidad internacional de escritores". En 1964 rechaza el premio Nobel de literatura. En 1968 Sartre apoya las reivindicaciones de los estudiantes, en la denominada “Revolución de Mayo” de mayo y participa en las asambleas de la Sorbona. Cuando las revueltas estudiantiles terminen y la revolución sea apagada, acusará al partido comunista de haber traicionado la Revolución de Mayo.

 

Cuadro 26.

Simone de Beauvoir, su inseparable compañera, narra de esta manera los últimos momentos del filósofo:
A las nueve sonó el teléfono. 'Se terminó'. Fui con Sylvie. Se parecía a sí mismo, pero ya no respiraba. Se nos autorizó a permanecer en la habitación hasta las cinco de la mañana. Rogué a Sylvie que fuera a buscar whisky y estuvimos bebiendo y charlando.... En un momento dado, rogué que me dejaran sola con Sartre y quise tenderme a su lado, bajo las sábanas. Una enfermera me detuvo: “No, cuidado... la gangrena”. Entonces comprendí la verdadera naturaleza de sus escaras. Me acosté sobre la sábana y dormí un poco. A las cinco entraron unos enfermeros. Cubrieron el cuerpo de Sartre con una sábana y una especie de funda y se lo llevaron.

 

Cuadro 21.

Para Sartre, el miedo a ser libres produce el sentimiento de la angustia. Ante este miedo a tener que elegir siempre, en ocasiones tratan de engañarse a sí mismo desviando la responsabilidad de elegir sobre algo ajeno. A esto Sartre lo denomina la mala fe. Sartre al explica mediante un ejemplo muy conocido: Una muchacha está sentada junto a un hombre; ella sabe de sobra que él desearía seducirla. Pero cuando él le toma la mano, ella intenta evitar la decisión de aceptarla o rechazarla pretendiendo no darse cuenta de lo que pasa… Entonces deja la mano inerte, pasiva, ajena, como si no fue consciente de la situación y de la decisión que irremediablemente tiene que tomar. Pretende ser un objeto pasivo y no un ser consciente de que es libre y la responsabilidad queda depositada por completo en el otro.

 

Cuadro 22.

En pocas líneas se podría resumir el perfil intelectual de Sartre: fue ante todo un hombre público; mantuvo siempre un fuerte compromiso social y político tomando posición ante los acontecimientos más significativos de su época y reflexionó una y otra vez sobre el compromiso del intelectual con el mundo y la realidad. Defendió al marxismo como la única concepción filosófica válida para su tiempo, aunque  su aproximación al partido comunista concluyó bruscamente tras la represión de Budapest.  Su obra literaria le consagró como un escritor que con los años fue depurando un estilo que lo hizo merecedor del premio Nobel de Literatura en 1964, galardón que rechazó por razones éticas y políticas. Fue profesor en El Havre y en París hasta 1945, fecha en la que renunció para consagrarse exclusivamente a construir su filosofía y estar a la cabeza del movimiento existencialista.

 

Cuadro 24.

El existencialismo es un humanismo porque es una filosofía de la libertad. El valor principal del hombre la dignidad humana está en su libertad, que es la categoría antropológica fundamental. Además sostiene que la libertad del hombre no está determinada o influida por algo trascendente, ni por la naturaleza o la sociedad.

 

Cuadro 23.

Mala fe. Con esta conducta nos intentamos ocultar el hecho ineludible de nuestra libertad radical, el hecho de que lo que hacemos y lo que somos es siempre consecuencia de nuestra decisión intransferible.  La conducta de mala fe es la conducta por la que nos engañamos y nos tratamos como cosas, como seres inertes y pasivos que no son dueños de sí mismos.

 

Cuadro 25.

El marxismo, como el existencialismo, entiende al hombre desde el ámbito de la autonomía y finitud, es decir, desde el ámbito del hombre mismo al margen de cualquier planteamiento teológico. Ambas concepciones teóricas reivindicaron la dignidad y la libertad humanas a partir de la crítica de la alienación y de las ideologías deformadoras de la realidad.

 

Cuadro 27.

Estamos solos, sin excusas. Es lo que expresaré diciendo que el hombre está condenado a ser libre. Condenado porque no se ha creado a sí mismo, y sin embargo, por otro lado, libre porque una vez arrojado al mundo es responsable de todo lo que hace.
Jean Paul Sartre, El existencialismo es un humanismo.

 

FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA

EL EXISTENCIALISMO: SARTRE

 

 

 

Cuadro 5.

La insistencia en la noción fenomenológica y existencialista de conciencia” llevó a Sartre a rechazar abiertamente el termino fundamental del psicoanálisis de Freud: el inconsciente. Sartre argumentaba que los procesos mentales inconscientes (como los sueños) no pueden ser decisivos en nuestra vida. Llegó a decir que Un ser humano adulto no puede ni debe estar defendiendo sus defectos en hechos ocurridos durante su infancia, eso es mala fe y falta de madurez.

Sostenía que la inconsciencia era una idea «característica del irracionalismo alemán», y por tal motivo se oponía a una psicología profunda que se basara en un “irracionalismo”. De este modo es que Sartre intentó un “psicoanálisis racionalista”, al cual llamó “psicoanálisis existencial”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuadro 2.

Existencialismo. Corriente filosófica que se desarrolla en Europa en la primera mitad del siglo XX y que alcanza su apogeo en Francia tras la segunda guerra mundial, que considera que la existencia es el modo de ser propio del ser humano,
entendido como pura libertad de elección, en tanto pura subjetividad, rechazando toda posibilidad de que sea asimilado a un mero objeto o cosa.

 

 

Cuadro 3.

Principales obras de Sartre
1936 La trascendencia del ego.
1938 La Náusea.
1939 Bosquejo de una te­oría de las emociones.
1939-40 La imaginación.
1940 Lo imaginario: psicología fenomenológica de la imaginación.
1943 Las moscas.
1943 El ser y la nada.
1944 A puerta cerrada.
1945 Los caminos de la libertad (I y II).
1946 La puta respetuosa.
1946-49 El existencialismo es un humanismo.
1948 Las manos sucias.
1949 La muerte en el alma.
1945-1949 Los caminos de la libertad (III).
1951 El diablo y el buen dios.
1956 Nekrassov.
1960 Crítica de la razón dialéctica.
1963 Las palabras
1972 El idiota de la familia.

 

 

 

 

 

Cuadro 4.

Fenomenología. Corriente filosófica que aspira al conocimiento estricto y riguroso de los fenómenos. Para esta corriente filosófica los fenómenos son, simplemente, las cosas tal y como se muestran a la conciencia. Lo que caracteriza a este movimiento es ceñirse a las cosas mismas. Por eso la intuición es la forma mejor de conocimiento

 

 

 

 

 

Cuadro 8.

Nausea.  Es un sentimiento que aparece al experimentar el sujeto el carácter absurdo o sin sentido de la existencia, al captar la realidad como algo superfluo, finito e inne­ce­sa­rio. El ser humano, la existencia ha sido arrojada a la existencia, y del mismo modo seremos arrojados a la muerte. Todo lo que existe nace sin razón, se prolonga por debilidad y muere por casualidad, afirma Sartre.

 

 

 

 

 

 

 

Cuadro 6.

Conciencia. El término se refiere al conocimiento de sí mismo (conciencia reflexiva), bien al conocimiento de la realidad exterior, del mundo de los objetos (conciencia representativa). Husserl  y Sartre entienden que la conciencia es necesariamente conciencia de algo e, insisten en ese ser "conciencia de", que subraya su carácter intencional.

 

 

 

 

Cuadro 7.

Siempre he pensado que si la literatura no lo era todo, no era nada. Y cuando digo todo, entiendo que la literatura debía darnos no sólo una representación total del mundo –como pienso que Kafka la ha dado de su mundo– sino también que debía de ser un estímulo de la acción, al menos por sus aspectos críticos. Por tanto, el compromiso, del que tanto se ha hablado, no constituye de ninguna manera, para mí, una especie de rechazo, o de disminución, de los poderes propios de la literatura. Al contrario, los aumenta al máximo. Es decir, pienso que la literatura debería serlo todo. Eso es lo que pensaba en la época de ¿Qué es la literatura? Y sigo pensando lo mismo, es decir, que me parece imposible escribir si el que lo hace no rinde cuentas de su mundo in­terior y de la manera en que el mundo objetivo se le aparece.

Sartre, entrevista con Jorge Semprún

 

 

Cuadro 9.

Simone de Beauvoir conoció a Jean Paul Sartre en la Sorbona y se unió a él como pareja. Con el tiempo, ambos crearon una relación abierta o no monogámica mediante la que pretendían hacer compatible su libertad individual con la vida conjunta… Sin embargo, dos años antes de la publicación por la escritora de El segundo sexo, en 1947, su relación amorosa con Sartre se rompió. Él mantenía una romance con la actriz Dolores Vanettiy y  Simone de Beauvoir no aceptó esta relación de su compañero sentimental. Pero ese mismo año  ella tuvo que viajar a Estados Unidos y allí conoció al escritor Nelson Algren, con quien  comenzó una relación que duró hasta 1964. Aunque ella sabía que el amor que sentía por él nunca sería igual al que sentía por Sartre. Algren le pidió en numerosas ocasiones que abandonase completamente a Sartre pero Simone nunca accedió a hacerlo. En alguna ocasión llegó a decirle: "No podría ser la Simone que amas si pudiese abandonarlo”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuadro 11.

Sartre afirma, de acuerdo con la fenomenología de Husserl, que el yo o conciencia subjetiva es intencionalidad pura.
Esto quiere decir que el yo es una realidad volcada completamente a lo otro, a los objetos, a los demás, en general al mundo… La conciencia recibe sentido y realidad plena no de sí misma  sino de lo que es ajeno a ella. El y consiste en apertura o intencionalidad, es decir de tender hacia su objeto, por lo que al margen de su relación con el objeto al que tiende de forma permanente es pura vaciedad, es nada…

 

 

 

 

 

 

Cuadro 10.

Libertad. En general, es la posibilidad metafísica de que el hombre pueda sustraerse a las rígidas leyes causales de los fenómenos naturales. Es decir, como indeterminismo de la conducta. Sartre la entiende como la urgencia  inevitable que cada ser humano tiene de elegir el sentido de su vida.

 

 

 

Cuadro 13

En su obra más importante El ser y la nada Sartre dice: Mientras trato de liberarme de la opresión a que me somete el otro, el otro trata de librarse de la mía… Mientras trato de esclavizar al prójimo, el trata, a su vez, de esclavizarme a mí… Es evidente que el filósofo francés propone que la relación de la existencia individual con el otro se basa siempre en el conflicto interpersonal. El amor, por ejemplo, supone aspirar a la conquista de la libertad del otro y el sometimiento completo de su conciencia a la mía, pero esto es imposible porque el otro es libertad irrenunciable y un proyecto individual del cual es imposible apropiarse: aunque quisiera entregarme su libertad y su proyecto finalmente le resultaría imposible. El amor es, por tanto, un espejismo.

 

 

 

Cuadro 12.

Ser-para-sí. Es el hombre. En el hombre podemos distinguir dos niveles distintos de ser: el nivel subjetivo, que es individual y libre; y el nivel objetivo, que es la dimensión humana de cosa u objeto, de existencia ya hecha; a esta última la llama Sartre la facticidad del para-sí y tiene cuatro aspectos: el cuerpo, el pasado biográfico, la situación o entorno particular y la muerte.

 

Cuadro 16.

Angustia. Para Sartre, la libertad es la categoría antropológica correlato de la libertad: el hombre no es consecuencia de determinismo alguno, ni biológico, ni histórico, ni social, ni psicológico, ni teológico. Esta responsabilidad radical  de la existencia tiene varias efectos en el ámbito de los sentimientos: la angustia, el desamparo y la desesperación.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuadro 14.

Sartre denomina al yo o conciencia “ser-para-sí y paralelamente da el nombre de ser-en –sí a lo que la conciencia conoce, es decir, las cosas, los otros, el mundo…  El ser-en-sí es lo lleno, lo compacto, lo cerrado, lo que no tiene ninguna relación consigo mismo ni con lo que no es él mismo. Es pura pasividad material y facticidad (es un hecho sin más).  Además es inexplicable y es imposible buscarle un sentido. Inversamente, el ser-para-sí, la conciencia subjetiva, la existencia humana, es lo finito, lo contingente, pura actividad fuera de sí hacia el mundo y hacia los otros, nada, vacío que busca permanentemente su justificación en el ser-en-sí. Hay que entender el existencialismo como una respuesta radical a la tremenda crisis de las conciencias surgida de los acontecimientos dramáticos  y las terribles consecuencias de las dos guerras mundiales.

 

 

 

 

Cuadro 17.

Para Sartre no existe Dios. No hay ningún se trascendente al yo y al mundo que pueda otorgar sentido a la existencia humana y a la realidad.  El ateísmo de Sartre es completo y radical. El ateísmo es el punto de partida de la libertad humana. La libertad plena del hombre se basa precisamente en esta ausencia total de asideros. La libertad existencial no tiene limitaciones ya que la única limitación posible sería la existencia de Dios. De ahí la insistencia de Sartre a lo largo de su obra en la conocida frase de Dostoievski en su obra Los hermanos Karamazov: Si Dios no existe todo está permitido. Efectivamente, la libertad absoluta humana hay que entenderla como la posibilidad de orientar la acción en cualquier dirección. Incluido el suicidio.

 

 

Cuadro 18.

Nada. Término con el que nos referimos a la no-existencia de algo. El existencialismo la identificó con la brecha que surge de la apertura intencional de la conciencia al mundo.  La filosofía analítica considera que el término no es válido, y que Sartre utiliza el término erróneamente, como si fuera realmente el nombre de algo cuando solo sirve para expresar proposiciones negativas sobre hechos.

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuadro 19.

Uno de los pensadores que más influyó en Sartre fue Martin Heidegger (1889-1976). Aunque el propio Heidegger prefirió incluirse en la tradición fenomenológica antes que en el existencialismo, suele incluirse en esta corriente filosófica contemporánea para resaltar así el significado de su análisis de la existencia humana (del Dasein oSer Ahí) expuesto en su principal obra El ser y el tiempo (1927). La analítica existencial de Hei­degger incluye las principales determinaciones del existir individual o categorías existenciales, que enumeramos: el ser en el mundo, la facticidad y el cuidado, el se impersonal y el ser para la muerte, la conciencia y la resolución, la angustia, la temporalidad y la historicidad, el trascender y la nada...

 

Cuadro 20.

Autenticidad. Es la conducta propia del hombre que asume la libertad irrenunciable de la existencia y no intenta esconder mediante la mala fe  la consciencia y responsabilidad de sus actos transfiriéndosela inútilmente a otras instancias ajenas al yo. La existencia auténtica asume la realización del propio proyecto vital.

 

 

 

Cuadro 15.

Relación con el otro. El trato con los demás es siempre un conflicto entre la libertad de las conciencias individuales que se contraponen y terminan enfrentándose. En la relación con el otro se busca cosificar a los demás (convertir a los demás en cosas que dependen de nosotros) y evitar ser cosificado por ellos.