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El pensamiento de Nietzsche (1844-1900) se aparta definitivamente del carácter sistemático de la gran filosofía alemana para convertirse en algo muy distinto, en nuevo género literario: el ensayo creador, en sus diferentes formas (autobiográfica, aforística, argumental, fragmentaria, simbólica, ideológica o doctrinaria).
En este sentido, Nietzsche, y posteriormente Ortega y Gasset, son los pioneros o adelantados de lo que será el terreno, el sentido y el contenido específico de la filosofía actual. El ensayo creador, por una parte, permanece atento a  los temas y problemas, a los núcleos constituyentes perennes de la tradición filosófica, por lo que no se aparta del saber filosófico como tal, ni hay una renuncia a la reflexión filosófica desde dentro de la historia de la filosofía. Aunque por otra, tal reflexión ensayística toma muy en consideración los aspectos diferenciales del nuevo género, como los relativos a la exposición, al estilo del lenguaje o la amplitud de referencias culturales y la enorme diversidad de contenidos a los que dirige sus conceptos y metáforas. Nietzsche, y posteriormente Ortega y Gasset, son los pioneros de lo que será el terreno, el sentido y el contenido específico de la filosofía actual. Se ha considerado al pensamiento de Nietzsche incluido dentro de las grandes corrientes vitalistas del siglo XIX. Es preciso aceptar esta etiqueta de adscripción filosófica por cuestiones puramente académicas, siempre que aceptemos a la vez que la riqueza creadora y la originalidad inagotable del pensamiento de Nietzsche están siempre más allá de estas clasificaciones excesivamente rígidas. Alguno estudiosos de esta época han considerado al vitalismo como una continuación y un residuo de las ideologías irracionalistas del Romanticismo.

Unidad de referencia

 

Cuadro 1.

Entre 1871 y 1888 Nietzsche publica sus obras, con rapidez asombrosa. El nacimiento de la tragedia, publicada en 1872 y dedicada a Wagner, que la elogia, aunque sea muy criticada por los filólogos profesionales, es la primera obra importante que le da a conocer. La enfermedad venérea que e padecía avanza, lo que le obliga a pedir licencias temporales en la Universidad, con renuncia a la cátedra en 1879, teniendo que vivir con la pensión concedida por la institución. Busca lugares que mitiguen sus grandes dolores: en verano los Alpes suizos (Sils-Maria) y en invierno el clima suave del sur, en ciudades de Italia (Génova, Turín, Mesina, Roma, Nápoles) y Francia (Niza).

 

Cuadro 26.

Positivismo. Corriente filosófica muy influyente durante el siglo XIX, que es expresión, según Nietzsche, de la razón científica, la cual sólo acepta el conocimiento de lo que se puede verificar, por tenerlo delante (puesto delante de los sentidos como un dato). El resultado del Positivismo es el culto a la objetividad de los hechos.

 

Cuadro 20.

Método genealógico. Nietzsche utiliza el método de la genealogía, que consiste en ir a las fuentes filológicas e históricas para estudiar los orígenes de u tema o problema. Conviene recordar que Nietzsche era filólogo de profesión.

 

Cuadro 22.

Objetividad. La objetividad es otra característica de la ciencia, que es buena mientras se mantenga como procedimiento instrumental para reflejar las cosas, pero no cuando pretende convertirse en fin en sí misma. Para la ciencia entender es dominar. La ciencia se caracteriza por la búsqueda. Por ello calcula, cuenta, maneja, constata. Todo será explicado y comprendido así: la esquematización es el procedimiento. Dominar la realidad es entenderla.

 

Cuadro 24.

Filisteísmo. En la cultura antigua la fuerza de Sansón destruyó a los filisteos e hizo caer sobre ellos las columnas del templo. Los filisteos tenían pocos conocimientos, eran rudos y carecían de sensibilidad artística. Nietzsche califica de filisteísmo el amaestramiento de las masas, con ocasión de educarlas, y la inyección de cantidades de conocimientos que embotan la mente e imposibilitan la creación del artista culto que pueda dar sentido a la vida.

 

Cuadro 23.

La metafísica nace de la moral de esclavos, que necesita un supramundo donde situar la verdad, el bien y la vida futura. El testimonio de los sentidos nos pone en contacto con la realidad y sus problemas. Pero los sentidos ofrecen un mundo empírico, ilusorio y de pura apariencia. Superior a él es el mundo del pensamiento, de la verdad y de la lógica. Esta realidad "en sí" e imperecedera es su principio, mediante ella quedan explicadas las apariencias y sometidas a lógos: La creencia básica de los metafísicos es la creencia en la antítesis de valores" (Más allá del bien y del mal, “Sección primera, 2). Así queda dividida la realidad entre el mundo verdadero y el aparente y se funda una antítesis puramente artificial y falsa, que tiene a Dios como fundamento. En el mundo verdadero el Ser se identifica con el Bien, objeto supremo de la moral. En él todo es permanente y la felicidad consiste en su posesión. Dios, como causa de sí mismo, garantiza este mundo real, absoluto, bueno y verdadero.

 

Cuadro 25.

También la ciencia sigue las directrices marcadas por el canon moral y pretende alcanzar conocimientos absolutos y leyes naturales totales, comprender lógicamente, llegar a la verdad de la realidad intelectual y aritméticamente. En una palabra, aspira a un saber de validez universal, cual metafísica camuflada. Es preciso cuestionarla también, en una línea argumentativa similar a la anterior. El espíritu científico constituye la forma de los ideales metafísicos y, en este sentido, apunta a la universalidad, que defiende la validez absoluta de sus descubrimientos, así como la necesidad de sus formulaciones, en contra de una concepción trágica del mundo.

 

Cuadro 27.

Para Nietzsche, la ciencia es superficialidad. La realidad calculable, contable, etc., es la pura exterioridad, su piel. Con esto no alcanzaremos nunca los grandes interrogantes de la existencia, que yacen en las profundidades. ¡Pero un mundo esencialmente mecánico sería un mundo esencialmente sin sentido! (El gay saber, 373). Cuánto mejor sería una ciencia que se alce sobre la inocencia y libertad del espíritu y que haga posible el disfrute de la vida; una ciencia no distorsionadora, que crea en una sociedad de espíritus libres: Que la mejor ciencia sea precisamente la que más quiere retenernos dentro de ese mundo simplificado, completamente artificial, debidamente fingido, debidamente falseado, porque ella ama, queriéndolo o sin quererlo, el error, porque ella, la viviente -¡ama la vida! (Más allá del bien y del mal).

 

Cuadro 28.

En tiempos de Nietzsche triunfaba el evolucionismo. A Darwin, su fundador, le considera Nietzsche un científico mediocre. Darwin explicó el origen de las especies mediante la selección natural, que hace que sobrevivan los más aptos. Ahora bien, Nietzsche traduce ‘apto’ por ‘el más fuerte’ e interpreta que los que han triunfado son los seres humanos más débiles, precisamente gracias a que han tenido como cualidades la astucia, el engaño y el instinto de conservación. Esta masa de gente débil ascendió en el siglo XIX hasta formar una clase social y son los que gobiernan y exigen sus derechos colectivamente, como rebaño. La razón principal de la oposición de Nietzsche a Darwin es que la selección natural aumenta las especies, precisamente en perjuicio de los individuos ejemplares, que cuanto más crecen se hacen más débiles en beneficio de los tipos inferiores.

 

Cuadro 32.

Según Nietzsche, el socialismo ha heredado del cristianismo la idea de igualdad entre los hombres. Así los ha empequeñecido y convertido en animales de rebaño. Llama Nietzsche a los socialistas cretinos y majaderos (Más allá del bien y del mal, parágrafo 203) y los emparenta con el movimiento democrático. El socialismo muestra siempre un fuerte sentimiento contra el hombre superior. Sobre esto ironiza Nietzsche: A los hombres inteligentes no les creemos sus tonterías: ¡qué pérdida de derechos humanos! (Más allá del bien y del mal, Sección cuarta, parágrafo 178). Con ello se consigue alcanzar la decadencia, junto con la mayor mediocridad. Este es el camino más seguro para hacer del hombre un animal de rebaño. Así puede acabar en injusticia la deseada igualdad de derechos. Además, la naturaleza funciona según una ley desigual, ya que la vida impone sus formas asimétricas.

 

Cuadro 30.

Irracionalismo. Frente a la culminación del racionalismo en la teología medieval dialéctica, el Renacimiento, la filosofía racionalista del Barroco o el culto a la razón de la Ilustración, a partir del Romanticismo del siglo XIX surgen corrientes irracionalistas para afirmar que la realidad no es racional o que no puede accederse a ella solamente con la razón.

 

Cuadro 29.

Voluntad de poder. Con este término no se refiere Nietzsche al poder político, al poder social, ni  al poder que ejerce una persona sobre otra.  No se trata de alcanzar ningún liderazgo, ni forma de control, ni siquiera alcanzar un cierto de prestigio moral o intelectual. Se trata de la necesidad afirmativa de superación individual y de creación de valores.

 

Cuadro 31.

Cientificismo. Ideología de la ciencia basada en la identificación de los ideales dogmáticos de la ciencia y la metafísica.  Así el espíritu científico adopta la forma de los ideales metafísicos y, en este sentido, apunta a una universalidad que defiende la validez absoluta de sus descubrimientos y la necesidad de sus formulaciones.

 

Cuadro 33.

A partir de 1889 se produce la muerte psicológica o derrumbamiento mental de Nietzsche, aunque viviría otros once años. Sin embargo, ya no pudo escribir la que tenía proyectada como su obra principal y definitiva, en la que trabajaba, La voluntad de poder, con el subtítulo de La transvaloración de todos los valores. El derrumbamiento sucedió en la plaza Carlo Alberto, de Turín, el 3 de enero de 1889, al encontrarse con un cochero que golpeaba a su caballo. Nietzsche se arroja al cuello del animal para protegerlo y se derrumba. Su amigo Franz Overbeck le traslada a una clínica de Basilea para trastornos nerviosos. Después le llevan a Jena al sanatorio psiquiátrico. Por último, a Naumburg, donde se encarga de cuidarle su madre y después su hermana Elisabeth. Muere el 25 de agosto de 1900.

 

Cuadro 34.

Superhombre. Traduce el alemán Übermensch. Es el hombre que afirma la vida, el creador de su vida y de sus valores frente al hombre actual, que es mediocre y sigue al rebaño, cansado y resignado. El Superhombre crea los valores nuevos mediante la voluntad de poder que produce la transvaloración y actúa contra la decadencia nihilista de la civilización occidental.

 

FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA

NIETZSCHE: LA CRÍTICA DE LA CULTURA OCCIDENTAL

 

 

 

Cuadro 5.

Según Nietzsche, en el siglo XIX Europa se encontraba enferma.
Desde laperspectiva sociológica, la enfermedad consistía en el protagonismo de las masas y en el intento de organizar la sociedad democráticamente.
Desde laperspectiva científica, la ciencia tenía un desarrollo del que no hay precedentes, pero su defecto era buscar únicamente objetividad, conocimiento absoluto, leyes lógicas, cálculos definitivos, mecanización de la realidad y dominio de la naturaleza.
Desde laperspectiva del pensamientose suceden durante el siglo XIX corrientes positivistas, evolucionistas, marxistas y utilitaristas.

Desde laperspectiva de la moral y la política sólo hay una moral del sometimiento y la obediencia, la del rebaño, con la consiguiente actuación paralela en política.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuadro 2.

Vitalismo. Movimiento filosófico que se desarrolla a mediados del siglo XIX, al que pertenece Schopenhauer y Nietzsche. Entiende la vida no en sentido mecánico o biológico, sino como vida humana afirmadora de valores, que se manifiesta en las actividades cotidianas como fuerza creadora y voluntad de poder.

 

 

Cuadro 3.

Principales obras de Nietzsche

Etapa juvenil: (1872) El nacimiento de la tragedia, (1873) Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, (1873) Consideraciones intempestivas (terminada en 1876), (1873) La filosofía en Grecia en la época de la tragedia (de publicación póstuma), (1873) Sobre el porvenir de nuestros establecimientos de enseñanza (publicación póstuma), (1874) Schopenhauer como educador.

Etapa de transición: (1878) Humano, demasiado humano, (1880) El viajero y su sombra, (1881) Aurora, (1882) Gaya ciencia.

Etapa de madurez: Así habló Zaratustra (1883), Más allá del bien y del mal (1886), La Genealogía de la moral (1887), El caso Wagner (1888), El Anticristo (1888), Ecce homo (1889), Crepúsculo de los ídolos (1889), Nietzsche contra Wagner (1899).

Póstumas: La voluntad de poder (fragmentos) (1906), De mi vida I: Los años de la niñez 1844-1958

 

 

 

 

 

 

Cuadro 4.

Dionisíaco. Del dios Dionisos. Se refiere a toda manifestación estimulante, llena de fuerza y vida, sin medida ni limitaciones. A Dionisos se le atribuyen las artes de la música y la poesía. Expresa la fuerza creadora y libre.

 

 

 

 

 

 

Cuadro 8.

Concepción trágica del mundo. Nietzsche explica la realidad desde las representaciones simbólicas de Apolo y Dionisos, lo racional y ordenado y lo pasional o sobreabundante. Enfatizar lo último expresa la concepción trágica, mientras que lo primero expresa la “concepción moral”, que establece los límites y los valores, sin que puedan sobrepasarse.

 

 

 

 

 

 

 

Cuadro 6.

A la cultura decadente, nihilista, de su tiempo Nietzsche opone el arte. Piensa que hasta ahora los filósofos se han limitado a descubrir la verdad teórica  única, existente en sí y por sí misma; ahora se trata, en cambio, de crearla en su diversidad ilimitada. La vida es creación que sólo la dimensión artística puede dotar de sentido pleno. El hombre racional funciona mediante conceptos y abstracciones con las cuales comprende la realidad; el artista la construye palpitante, inconexa, abigarrada y bella. Es su único artesano, que desborda de alegría al liberar la realidad de su materia recubridora. Así experimenta la felicidad propia de autor y creador. El arte es la auténtica justificación de la existencia humana.

 

 

 

 

Cuadro 7.

A través del mito clásico de la tragedia griega, plantea Nietzsche el valor de la existencia. Su respuesta es que tiene una justificación estética.. Hay dos personajes mitológicos que representan realidades contrapuestas. Apolo es el dios de la medida, de la serenidad, de la luz, y de la belleza. Con él reina la luz, que hace todo inteligible y proporciona tranquilidad y seguridad a la vida. En él se encuentra ponderación, naturalidad, sabiduría serena. Es el dios de la perfección y de la ley.
Dionisos, en cambio, rompe límites y barreras, sobrecoge con su gozosa exaltación e impetuosas acciones. Es el dios de la danza, que arrastra con su espíritu contagioso y exuberante. Siempre ardiente y poderoso, su carro va conducido por tigres y panteras. En él se encuentra la libertad suprema, la arbitrariedad y la insolencia. Todo lo funde en la unidad. Representa el entusiasmo, la manía, la exaltación, el furor, el desbordamiento vital.

 

 

Cuadro 9.

Decadencia es lo mismo que resignación, desilusión, cansancio, debilitamiento de los instintos, finalmente nihilismo. Las manifestaciones de la cultura criticadas por Nietzsche, como la metafísica dogmatica, la moral y la religiosidad cristiana, las ideologías positivistas de la ciencia, la política, ciertas manifestaciones del arte… son expresiones decadentes y contrarias a la afirmación de la vida en sentido individual y colectivo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuadro 10.

A través del mito clásico de la tragedia griega, plantea Nietzsche el valor de la existencia. Su respuesta es que tiene una justificación estética.. Hay dos personajes mitológicos que representan realidades contrapuestas. Apolo es el dios de la medida, de la serenidad, de la luz, y de la belleza. Con él reina la luz, que hace todo inteligible y proporciona tranquilidad y seguridad a la vida. En él se encuentra ponderación, naturalidad, sabiduría serena. Es el dios de la perfección y de la ley. Dionisos, en cambio, rompe límites y barreras, sobrecoge con su gozosa exaltación e impetuosas acciones. Es el dios de la danza, que arrastra con su espíritu contagioso y exuberante. Siempre ardiente y poderoso, su carro va conducido por tigres y panteras. En él se encuentra la libertad suprema, la arbitrariedad y la insolencia. Todo lo funde en la unidad. Representa el entusiasmo, la manía, la exaltación, el furor, el desbordamiento vital.

 

 

 

 

 

 

Cuadro 12.

Extramoral. Hay que superar la moral de los esclavos o del cristianismo, que hizo la primera inversión de los valores, para volver al origen real y verdadero de los mismos. De este modo podremos llamar bueno a lo noble y superior, que impulsa y desarrolla las fuerzas de la vida. Para ello es necesario situarse fuera de la moral (extramoral) vulgar y plebeya establecida y consolidada en la historia.

 

 

Cuadro 13.

Transvaloración. Traducción del alemán Umwertung, inversión o cambio de los valores admitidos hasta entonces, procedentes de no ser fieles a la tierra y negar la vida. El primer cambio lo produjo la moral de esclavos por causa del resentimiento y venganza contra los hombres superiores.

 

 

 

Cuadro 11.

Contra la concepción artística de la vida se alza la concepción moral. La moral, representada por el cristianismo, es lo opuesto a una justificación estética del mundo. Si el arte y la vida son apariencia, ilusión, error, perspectiva, etc., el cristianismo dice que hay otra vida auténtica y una realidad verdadera: la otra vida, no ésta. Por ello: En este libro mi espíritu se reconoce como defensor de la vida «contra» la moral y crea una concepción puramente artística, «anticristiana» ¿Cómo llamarla?... con el nombre de un dios: la llamaría «dionisíaca» (El nacimiento de la tragedia, “Ensayo de autocrítica”.

 

Cuadro 18.

Para Nietzsche, el malvado Sócrates corrompió a Platón. Más tarde, recogió la herencia socrática el cristianismo, que es el platonismo para el pueblo y ha  elevado la corrupción al grado más absoluto: He llegado al final y pronuncio mi veredicto. Declaro culpable al cristianismo, formulo contra la iglesia cristiana la acusación más terrible que ha sido formulada jamás por acusador alguno. Se me aparece ella como la acusación más grande que pueda concebirse, ha optado por la máxima corrupción posible. La iglesia cristiana ha contagiado su corrupción a todas las cosas; ha hecho de todo valor un sinvalor, de toda verdad una mentira y de toda probidad una falsía de alma (El Anticristo, 62).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuadro 14.

La crítica de Nietzsche a la moral puede confundir. No va contra toda forma de moral, ya que busca establecer una moral nueva, con nuevos valores. Lo que rechaza es cualquier clase de moral que subordine la acción individual a un mandato exterior al ser humano. En su denominación, ésta es la moral de esclavos, de los incapaces de darse su propia norma por ser débiles y tener que refugiarse en algo que decida lo que es bueno o malo. Se trata de seres gregarios, que sólo se encuentran seguros dentro del rebaño. Así desvalorizan su propia voluntad, al considerar valores la compasión, el autosacrificio, el servicio a los demás. Caen en el nihilismo y la decadencia, en lugar de luchar por conseguir valores superiores y favorecedores de las fuerzas de la vida, como hace la moral aristocrática o de los hombres fuertes.

 

 

 

 

Cuadro 15.

Nihilismo. Sostiene Nietzsche que la cultura de Occidente está va­cía de valores, aunque conserve palabras, que sólo son envolturas vacías, vainas sin fruto, como honestidad, verdad, sabiduría, conocimiento, salvación o fe.

 

 

Cuadro 17.

Según Nietzsche, la cultura occidental se encuentra en crisis y ha entrado en el terreno de la decadencia. Las causas se encuentran en la carencia de valor de diversas áreas filosóficas, como la moral y la metafísica, además de la ciencia y el lenguaje. La más dilatada doctrina que ha causado la decadencia es el cristianismo. Ha sabido introducir veneno en lo hermoso de la vida y destruir de este modo las fuerzas vitales y su despegue permanente.
Hay que superar la moral platónico-cristiana para vivir moralmente, es decir, a favor de la vida, de la que la moral es su enemiga declarada, al proclamar que esta vida tiene que someterse a la otra. La metafísica ha despreciado las sensaciones y la apariencia, mientras que ha proclamado la importancia del pensamiento y la lógica. De este modo ha establecido dos mundos: el verdadero, fundamentado en Dios, y el de la tierra, puramente imaginario y aparente.

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuadro 19.

Objetividad. La objetividad es otra característica de la ciencia, que es buena mientras se mantenga como procedimiento instrumental para reflejar las cosas, pero no cuando pretende convertirse en fin en sí misma. Para la ciencia entender es dominar. La ciencia se caracteriza por la búsqueda. Por ello calcula, cuenta, maneja, constata. Todo será explicado y comprendido así: la esquematización es el procedimiento. Dominar la realidad es entenderla.

 

Cuadro 21.

Para Nietzsche, el malvado Sócrates corrompió a Platón. Más tarde, recogió la herencia socrática el cristianismo, que es el platonismo para el pueblo y ha  elevado la corrupción al grado más absoluto: He llegado al final y pronuncio mi veredicto. Declaro culpable al cristianismo, formulo contra la iglesia cristiana la acusación más terrible que ha sido formulada jamás por acusador alguno. Se me aparece ella como la acusación más grande que pueda concebirse, ha optado por la máxima corrupción posible. La iglesia cristiana ha contagiado su corrupción a todas las cosas; ha hecho de todo valor un sinvalor, de toda verdad una mentira y de toda probidad una falsía de alma (El Anticristo, 62).

 

 

 

Cuadro 16.

La máxima responsabilidad de la decadencia corresponde a la moral platónico-cristiana. Los valores morales son el bien y el mal, lo bueno o lo malo. En su origen, bueno era lo noble y aristocrático, es decir, lo superior. Malo era lo vulgar y plebeyo. Después, los plebeyos y malos se rebelaron y dieron la vuelta a esta situación original por resentimiento. Desde entonces lo malo es considerado bueno. Esta reacción convirtió a la civilización occidental en enemiga de las fuerzas creativas del hombre, es decir, de la vida, e instauró la moral del rebaño. La manifestación de esta rebelión de los esclavos y malos es el cristianismo, que mató la vida al afirmar como valores el sacrificio, la humildad, la obediencia y la castidad. Más adelante se manifiesta dicha revuelta en el socialismo y la democracia, que siguen manteniendo los valores del cristianismo secularizados, es decir, sin fundamentarlos en un Dios trascendente.